Para sacar lo máximo de nuestros productos, debemos beberlos de la manera en que es necesario. Nada resalta más el poder de un vino que una copa de cristal transparente, y las formas que estas tienen influencian fuertemente nuestra percepción acerca del mismo.
Cada bebida tiene su propia copa o vaso para ser servido. Para mantener el aroma, la temperatura y el uso cómodo vamos a enseñarte qué copa usar para cada bebida.
La copa de vino tinto, debe ser lo bastante grande como para que solo llenando una tercera parte sea una cantidad generosa, de forma bastante alargada y esférica, esta debe tener un pie lo bastante alto como para no calentar el vino mientras se la sujeta. Este tipo de copa se llama de Burdeos o Borgoña. El vino tinto debe ser servido a una temperatura de unos 18° C a 21° C.
Para el vino blanco se usa una copa bastante similar a la de vino tinto, un poco menos alargada y estrecha que esta última, y con un pie también alto para no calentar la bebida. Este debe ser servido ya enfriado y a no menos de 6°C.
El vermouth se sirve en una copa con boca muy ancha la cual se va afinando hacia abajo, este tipo de copa también es muy recomendado para cócteles.
Una copa aflautada, de tamaño y pie corto es la recomendada para beber oporto o jerez dado que esta lleva todo el aroma directo a la nariz.
No existe un standard para beber grapa o licores, pero las copas más utilizadas son pequeñas, con poca capacidad y con pie muy corto. Estas copas, a diferencia de la de los vinos, se llenan hasta el tope.
Vía elgrancatador.com
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