Aunque compartir un buen vino es algo realmente placentero, en algunas ocasiones nos topamos con individuos que se fijan más en cualquier otra cosa menos en pasar un buen rato.
1. El Beaujolais Noveau riche
Para éste, el precio es el único indicador de la calidad de un vino. Tiene para gastar y eso desea, pero le falta conocer el producto y por ello puede beberse cualquier cosa con tal de que le haya salido cara.
2. El accesorista
Tiene el corta cápsula, el sacacorchos más moderno, la cava conservadora, el delantal, la bolsita térmica y demás paraferenalia que tenga al menos una calcomanía con una vid, lo cual no tendría nada de malo, si supiera realmente conseguir vinos que valieran la pena tan aparato.
3. El tiranosaurio con copa
Como el rey de los dinosaurios, las manos de este personaje no llegan a su bolsillo, es decir, no se lanza a gastar ni un centavo más de lo necesario. Por eso mismo, servirá con cuenta gotas sus buenos caldos, y lo más probable es que en su egoísmo, los reserve para momentos de soledad.
4. El obsoleto
Conoce todas las tendencias relevantes en el mudo de vino... hasta 1978. Desprecia todo tipo de rosé sin darle un chance, y añora botellas que tienen años sin ver un anaquel. Es el que se resiste a probar cualquier novedad, y de paso juzga a quienes sí lo disfrutan.
5. El enó-loro
No se pierde un show de viajes y turismo, se conoce todos los programas gourmet que hay y lee incontables blogs, libros y revistas. Hasta aquí todo bien, pero no usa su información para formar sus propias ideas sino que repite como un loro todo lo que escucha de vinos y por ello, es altamente influenciable por la crítica y la publicidad.
¿Qué otro tipo de personaje recuerdas?
Inspirado en planetajoy.com
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