Algunos restaurantes y hoteles sirven un brunch -contracción de las palabras en inglés para desayuno y almuerzo, breakfast y lunch- en especial los domingos y días festivos, durante las horas que van desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Estos brunch consisten en un buffet expuesto como auto-servicio.
Los alimentos servidos suelen ser los mismos que en un desayuno habitual, como puede ser los huevos, panquecas, salchichas, tocineta, jamón, frutas y bollos.
Sin embargo, puede incluir además cualquier otra comida servida en una comida de almuerzo. Los buffets pueden tener quiches, grandes porciones de carne asada, aves, mariscos, pescado ahumado, ensaladas, sopas, verdura, entre otras delicias, todo ello acompañado de diferentes panes.
¿Y el brunch en casa?
1. Pan: varios tipos, tanto blanco como integral, así como tostadas y biscotes. Se pueden hacer bocadillos y sándwiches, tostadas de aceite de oliva o de mantequilla, mermelada o miel, así como untar patés y quesos.
2. Bebida: fundamentalmente jugos, agua, cafés e infusiones. También se incorporan refrescos, cerveza y vino, dependiendo de la hora.
3. Frutas, frescas y secas: cambur, albaricoques, manzanas, peras, fresas, melocotones, cerezas, uvas frescas, cualquier variedad dependiendo de la temporada. Una macedonia o unas brochetas pueden convertirse en una presentación excelente para la fruta. Para picar, son perfectos los frutos secos y las frutas deshidratadas, como orejones, dátiles, pasas o higos secos, así como las frutas criollas de temporada: mango, melón, patilla.
4. Embutido y queso: rollitos de jamón de york o de pavo rellenos de ensaladilla rusa, paté, crema de queso o caviar; algunos embutidos ahumados, salami, jamón curado. Es obligada una tabla de quesos con una variedad adecuada (azules, suaves y lácteos, semicurados, curados). También platos típicos de un desayuno continental como huevos revueltos y salchichas.
5. Lácteos: yogures, batidos, leche, petit suisse, crema de queso, mantequilla.
6. Dulces: croissants, brioches, napolitanas, caracolas, palmeras, tortitas, muffins, galletas, magdalenas... si son de tamaño pequeño mejor, así los invitados podrán probar varios tipos. Tampoco pueden faltar los cereales.
7. Canapés: patés, fiambres, berros, membrillo, salmón ahumado, escarola, queso, frutos secos, rúcula, atún, marisco, lechuga, maíz, tomate, anchoas, manzanas. No los hagas tú. Deja todos los ingredientes preparados (lavados y picados si es necesario) en platos con panecillos y biscotes cerca, y que los invitados se preparen el canapé que más les apetezca.
8. Cóctel: el brunch más ortodoxo ha de incluir un cóctel. El más habitual en Estados Unidos es el bloody mary. En muchos restaurantes donde se sirve brunch disponen de una amplia carta de cócteles. Una opción más adaptada a nuestro clima es la mismosa (vino espumoso con jugo de naranja).
9. Aderezos y condimentos: no faltará la sal, la pimienta, vinagres, aceites y especias. En el capítulo de lo dulce: azúcar, sacarina, siropes, miel, mermelada, mantequilla, margarina.
10. La mesa, bien puesta: con un bonito mantel y todo el servicio (cristalería, vajilla y cubertería).
La ventaja de esta comida es que permite a todos disfrutar de la velada por igual, tanto a los invitados como al anfitrión, y adaptar los alimentos a todas las necesidades: puedes desayunar, almorzar o comer, así como consumir más o menos productos dependiendo del apetito de cada uno. Tanto mayores como pequeños gozan de este almuerzo tan especial y se divierten compartiéndolo.
¡Buen Apetito Dominguero!
(con información de Maestros del fogón)
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