M.O.F. O Meilleur Ouvrier de France es el título que precede el nombre de André Rosset, Maestro chocolatero francés que visitó Venezuela a finales de marzo en el marco del Programa de Formación en Chocolate organizado por la Cámara de Comercio Venezolano-Francesa en la Universidad Metropolitana para demostrar el nivel artístico que puede alcanzar el producto más reconocido del cacao.
Desde los tiempos de los aztecas, el chocolate ha causado asombro en los europeos que con él descubrieron un producto sin igual y, de hecho, multifacético pues, como explica Rosset: “en el chocolate hay varias facetas: la faceta gastronómica, uno se come el chocolate, lo degusta, y también hay el chocolate que produce magia, que se trabaja uno puede modelar, trabajarlo, transformarlo, hacerlo láminas y hacer piezas artísticas”.
Para Rosset, el gran arte del chocolatier está no sólo en crear figuras deslumbrantes, en las peripecias técnicas que entraña el trabajo con su materia prima sino que también consiste en el placer: “hay que pensar en el lado gustativo, así que fabriqué un bombón de chocolate que tuviese sabor y que pudiese satisfacer al gourmet, a los amantes del chocolate.”
Así, durante tres días, André Rosset se encontró con aficionados y profesionales de la cocina para compartir esta pasión y dejar parte de su talento y experiencia sembrados en ellos y, sobre todo, lo que considera el gran secreto de su trabajo: “la pasión, el amor por el chocolate, el conocimiento del producto, la tecnología, el conocimiento artístico y además, mucho, mucho, mucho, mucho trabajo.”
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